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Los habitantes de esta zona, no morían de hambre, tampoco
estaban mal alimentados, ni se ponían enfermos, valoraban muy
mucho la comida que los de la zona vip no quería. Que otra cosa
podían hacer, sus cultivos habían sido arrasados y la tierra no era
fértil, tampoco tenían animales para criar, solo un gran río, que
les aportaba agua cristalina y que no estaba contaminada. En
definitiva no tenían forma ni manera de fabricar o conseguir su
propio alimento.
Siendo el triple de población respecto a la zona vip, nadie pasaba
hambre, y por increíble que parezca con las toneladas de comida
que tiraban a la basura los Basurianos vivían y por cierto, muy
felices.
A pesar de tener todo el alimento, fábricas, cultivos
y demás
productos que cualquiera pudiera desear, los habitantes vips,
eran cada vez más exigentes y derrochaban sin parar.
Compraban compulsivamente, comían en los restaurantes de
moda, se permitían todo tipo de lujos, los niños tiraban sus
almuerzos cuando les venía en gana. Sabían que en casa podían
comer lo que quisieran y se habían vuelto muy caprichosos.
Habían sin duda muchas diferencias entre ambos, eran como dos
mundos aparte, y entre ellos se levantaba una gran muralla que
les hacía indiferentes unos de otros.