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-Pero, ¡eso es espantoso! No pueden hacer esa barbaridad, ¡no
es justo! En el otro lado tenemos cosas de sobra y por supuesto
alimentos para todos vosotros. Yo veo comida por todos lados y
podríais compartir la abundancia de la que somos afortunados.
¡No es justo!, dijo María, a lo que Ana le respondió:
-Yo no entiendo nada de lo que hacen losmayores, pero si te puedo
contar como vivimos en Esperanza, mi ciudad.
-La basura que nos llega son productos que aún no han caducado,
pero han sido retirados porque está cerca su fecha de caducidad.
Las frutas y verduras frescas están buenísimas, supongo que
como algunas son pequeñas y otras tienen formas o aspecto que
no os gusta, pues no las queréis. Hay muchos otros productos que
los tiráis porque os habéis comprado otro que esta más de moda -
le empezó a contar la madre de Ana.
-Ya no cocináis en casa, y cuando lo hacéis no guardáis las sobras,
no congeláis alimentos, llenáis la despensa sin mirar lo que ya
tenéis almacenado -siguió diciendo-. Los niños tiran los bocadillos
a medias, les ponen mucha cantidad. Se os ha olvidado como
almacenar, cocinar con los ingredientes que necesitáis y os habéis
vuelto muy caprichosos. Se ha perdido la solidaridad y lo que es
peor, podéis perder la salud, por no alimentaros correctamente,
no seguís una dieta equilibrada, ni la famosa dieta mediterránea.
También se os ha olvidado reciclar, os habéis olvidado de cuidar el
medio ambiente, todo esto os perjudicará el día de mañana.