Cuentos Consum - page 64

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Ana llevó a María hasta su casa. Era una pequeña casita pintada
de rosa. Todo el mundo saludaba a Ana. Parecía que todos se
conocían, qué simpáticos y amables “seres” pensó Ana.
Cuando entraron a casa, la mamá de Ana le dio un sonoro beso
y puso cara de sorpresa cuando vio a María. Le dijo que era una
nueva amiga que acababa de conocer. La mamá de Ana empezó
a interrogar a María y se preocupó por si a la niña la estarían
buscando. María la tranquilizó diciendo que sus padres no la
echarían de menos y que hasta la noche podría quedarse antes
de regresar. La mamá de Ana accedió a dejar a María quedarse
unas horas, ante las súplicas de ambas niñas. Pero se tendría que
ir después de la gran sirena.
-¿Qué es eso de la sirena?.-preguntó María.
A lo que Ana empezó a contarle, que era un sonido horroroso que
hacían los camiones que llevaban la comida hasta la montaña.
-¿Qué camiones?-preguntó María.
Pues los camiones que traían los desperdicios que la ciudad vip no
quería, le explicó Ana.
-Peroesonopuede ser, ¿os coméis labasuraquenosotros tiramos?.
-Sí. Después de la caída del meteorito, nuestro territorio se quedó
sin nada y tras meses de desesperación, pidieron a la otra zona
que compartieran el territorio que se había salvado del desastre,
pero los avariciosos poderosos de tu ciudad no quisieron y
construyeron una frontera que impediría que nosotros pasásemos
al otro lado, a cambio nos darían lo que ellos consideraban que era
una obra de solidaridad.
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