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Gracias al dominio que habían adquirido en el uso de la bicicleta,
ya hace tiempo que los maestros decidieron que el viaje de fin de
curso se haría en la isla de Formen Pera. Era una isla pequeña, en
la cual no había ningún coche, y para desplazarse de un lugar al
otro se utilizaba la bicicleta. Estaba lejos de su pueblo y tuvieron
que ir en barco, pero los niños, no sabéis como esperaban
aquel día de la partida, puesto que todo el curso habían estado
estudiando el paisaje de la isla, sus faros, las playas paradisiacas,
las casas blancas y el mercadillo de los “hippies”, del cual tan bien
les habían hablado. Pero ellos querían verlo todo con sus propios
ojos. Se emocionaban cuando los alumnos más mayores, que ya
habían hecho el viaje, se lo contaban con pelos y señales.