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Clara miró a los dos niños y se despidió.
Era lahora. Lahoradeseguir el caminohaciaelmar, de reencontrarse
con los suyos. Estaba más que segura de la importancia de su
existencia y orgullosa de ser agua se dejó llevar... Cerró los ojos y
recordó las aventuras vividas.
Clara, feliz y tranquila, se dejó llevar... esta vez... por la corriente.