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Con la ayuda de los dos pequeños, Clara salió de la fuente.
-Te dejaremos cerca de aquí, en un riachuelo- dijo el más mayor de
los dos.
Al acercarse a la orilla quedaron sorprendidos. Había un pececito
que boqueava angustiado.
-¿Qué te pasa, pececito? -preguntó Clara, asustada.
-Apenas puedo respirar, esta contaminación nos está matando.
El agua está muy sucia por culpa de los vertidos industriales y las
aguas residuales -aclaró el pececito a duras penas-, ¡y todo esto hace
menguar el oxígeno en la agua! Estamos perdidos; si esta situación
no cambia, todos moriremos.