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Azah cogió de la mano a Gus y se dirigieron detrás de la tienda,
donde había un cuenco lleno de agua. Azah metió las manos en
él y se las frotó, a continuación lo hizo Gus. Entraron juntos a la
tienda y se sentaron encima de unos cojines que estaban situados
al lado de una pequeña y baja mesa. Allí sentada junto a ellos se
encontraba Zina, que les sirvió un plato lleno de una sopa deliciosa.
Gus disfrutó mucho de la sopa, porque tenía mucha hambre.
Al acabar de cenar, Azah acompañó a Gus a un rincón de la tienda
donde había unas mantas.
– Aquí dormiremos- dijo Azah.
Ambos se enrollaron en las mantas, Azah consiguió dormirse
enseguida, en cambio a Gus le costó mucho. En aquel país por la
noche hacía muchísimo frío y por la mañana mucho calor. Gus se
preguntaba ¿dónde estaría Vesi? Y ¿Cómo volverían a casa? A la
mañanasiguiente,Gusseencontróconunsol radianteiluminándolo
completamente, ya no estaba en Somalia, eso era seguro.