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Érase una vez un niño llamado Gus, que pertenecía a una familia
acomodada y que nunca había llegado a plantearse ningún
problema que no estuviera relacionado con sus juegos favoritos.
Todo cambió cuando llegué yo y le enseñé a Gus lo diferente que
podía llegar a ser la vida si no fuera por mi existencia.
Me presento: Soy Vesi, una pequeña molécula de agua , y os voy a
contar la historia de cómo conocí a Gus.
Era un día normal en la vida de Gus. Éste acababa de levantarse,
se dirigía al cuarto de baño a asearse, como tenía costumbre;
después de mojar el cepillo de dientes, se dejaba el grifo abierto, a
continuación cuando terminaba de pasarse el hilo dental lo tiraba
al WC y tiraba de la cadena, por último llenaba el lavabo de agua
caliente para lavarse la cara y peinarse, cogía un pañuelo se secaba
la cara y lanzaba el pañuelo al WC, volviendo a tirar de la cadena.
Después de ir diariamente al colegio en el autobús y de las
“aburridas” clases, llegaba la hora del recreo. Para Gus esto era lo
mejor del colegio. Allí jugaba con sus amigos a uno de sus juegos
preferidos que eramolestar a las chicas de su clase tirándoles agua
de las botellas, que llenaban una y otra vez de la fuente del patio.