Page 50 - Cuentos Consum
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-  Venga, a lo que  vamos.  A  ver Pablo, ¿tú que sueles desayunar? – le

                preguntó Mario.
                - Pueeees… Yo que sé. Lo normal. Un poco de pan y un vaso de leche.
                - ¿¿¿Leche??? - se escandalizó Nerea – Será sin lactosa, ¿no?
                - ¿Qué marca es esa? No había escuchado nunca ninguna leche que se
                llame “Sinlactoa”. Parece un nombre de señora mayor…

                - Jajajaja – carcajeamos todos.
                De repente se abrió la puerta y entró la madre de Nerea:
                - ¡¿Qué es este alboroto?! ¿Estáis haciendo el trabajo o estáis de fiesta?

                ¡Mirad que llamo a vuestros padres y se acabó la guasa…!
                - Noooo mamá. Es que Pablo ha tenido un lapsus y nos ha hecho gracia.
                Pero ya continuamos, no te preocupes.
                Y así pasamos la tarde mientras hacíamos el trabajo. Discutiendo sobre
                cuál era la mejor opción, debatiendo ideas, etc… Hasta que por fin, a las

                siete de la tarde, ¡habíamos terminado!
                El lunes siguiente, entregamos el  trabajo a las nueve de la mañana.
                Teníamos examen de matemáticas, así que mientras hacíamos el examen,

                el maestro fue corrigiendo los trabajos.
                - ¡Madre mía¡… Interesante, interesante… - decía el profe por “lo bajini”.
                - Profe, ¿son buenas notas? – preguntó Alejandro.
                - Luego lo veis – respondió
                La verdad. A mí la cara que ponía mientras corregía no me hacía mucha

                gracia. No sé por qué, pero no tenía una buena sensación…
                Cuando entregamos el examen, nos comentó el maestro que  ya había
                terminado de corregir:

                - Chicos, lo siento en el alma. Pero vais a tener que repetir el trabajo. Están
                todos los trabajos suspendidos.
                - ¡¿¡¿Quéeeeee?!?! – gritamos todos.
                - ¡No puede ser profe!. Pero si estuvimos todo el viernes por la tarde en
                casa de Nerea González haciéndolo – respondí.

                -  Ya. Si  yo lo entiendo.... Pero es que no está bien. Os he hecho unas
                anotaciones en el trabajo. Echadles un vistazo que seguro que os ayudan
                a rehacerlo.

                ¡Vaya  tela! Después del  trabajazo del  viernes, estábamos  toda la clase
                suspendida. ¿Pero de qué va este hombre? Es que ya le vale…
                La clase de inglés se me hizo eterna. No me podía concentrar después de
                saber lo del trabajo, así que se hizo la hora del recreo sin enterarme de
                nada.






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