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Después de este banquete de boda, la gente del pueblo se dio
cuenta de que desaprovechaban mucha comida y aprendieron
una buen lección: la familia de Mariela decidió que organizaría
la despensa según el orden de caducidad de los alimentos, Pau y
Pepeta coincidieron en que a partir de ahora se planificarían los
menús de cada día, de este modo solo comprarían los alimentos
necesarios y cocinarían las raciones justas. A Pau, Antonia y a casi
todo el mundo les ha quedado claro cómo pueden aprovechar la
comida sobrante para elaborar nuevos platos.