Page 90 - Cuentos Consum
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Pero cuando  todo parecía perdido, llegó la señora Etiqueta que se

                encontraba mejor, con su silbato en mano.
                - ¡¡¡¡Piiiiiii!!!!
                En cuanto hizo sonar el silbato,  todos los productos se quedaron
                paralizados. La señora Etiqueta cogió el micrófono  y dijo con  voz de

                autoridad.


                -  ¡Las  travesuras  han  llegado  a  su  fin!,  mirad  cómo  tenéis  a  la  señora
                Procedencia, llorando por los rincones sin hacerle caso. –  Y continuó

                diciendo – Faltan 15 minutos para abrir las puertas del supermercado y
                cada uno tiene que llevar su etiquetado correspondiente. Así que, cuando
                os  vaya nombrando,  venís lo más rápido posible para que os ponga la
                etiqueta y os colocáis en vuestro lugar si no queréis que os haga papilla.

                ¿Entendido?


                La señora Etiqueta se dirigió a Procedencia y le dijo:
                - Anímese señorita Procedencia, verá como todo va a ir bien. Esta es la

                típica novatada. Mi primer día también fue desastroso hasta que aprendí
                que con los productos nuevos hay que ser muy firme y darles órdenes muy
                claras. Porque si no revolucionan todo el supermercado.
                La señorita Etiqueta fue nombrando uno por uno a todos los productos,

                los  cuales  abandonaron  sus travesuras y formaron filas  delante  de  ella
                de inmediato, para que les pegara sus etiquetas. Una vez etiquetados,
                Procedencia los acompañó a sus secciones correspondientes.



                Cuando   ya estaban    todos colocados, era la hora de que los responsables,
                los señores Alérgenos e Información Nutricional, la señora Conservación, la
                señora Caducidad y por supuesto, la señorita Procedencia, comprobasen
                que  todas las etiquetas estaban correctamente puestas, para que los

                consumidores pudieran elegir bien el producto que necesitaban.


                Los gemelos, el señor Alérgeno y el señor Información Nutricional, se toman
                muy en serio su trabajo. Son responsables y cuidan al detalle la salud de

                los consumidores, por lo que hacen mucho hincapié en que aparezca en
                la etiqueta todos los ingredientes, grasas, proteínas, valor energético, etc.
                Así como si puede contener trazas de huevo, de lácteos o de frutos secos.










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