Page 89 - Cuentos Consum
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Las gambas están colgadas de amor por las pinzas de la ropa. El limón
está haciendo llorar a la cebolla porqué le está quitando sus capas. Los
dulces bombones están amargados por el caos producido. La carne está
frita porqué el ajo no para de repetir: “se me están cayendo los dientes”.
Las bebidas energéticas están mosqueadas con las legumbres porque les
han quitado el “reggaetón” de megafonía para poner pasodobles.
Además, el pan que siempre había hecho buenas migas con el aceite, se
siente abandonado porqué al final el aceite ha decidido aliñarse con la
ensalada. A las olivas, no sabemos quién les ha comido el tarro y están
saltando sobre el pan de molde. Las mandarinas que quieren aprender
chino mandarín, se están dando un bañito en la salsa de soja.
La leche se ha quedado cortada porque el croissant le ha puesto ojitos. Las
pizzas congeladas han roto el hielo y han invitado a tomar un capuchino a
los tallarines. La sobrasada está untándole la miga al pan de pueblo. Y por
si no fuera poco, al ver a los cangrejos castañear las pinzas por el pasillo
cuatro, las sardinas se han escondido detrás de las patatas.
La pechuga de pavo está sobrevolando la perfumería en una compresa
con alas. Los jamones han formado una tuna y están dando un concierto
en la pescadería y las gambas, como fans incondicionales, no dejan de
chillar y estirarse los bigotes.
Y para colmo, los yogures están discutiendo con los quesos sobre qué fue
primero: si el huevo o la gallina.
Mientras tanto, la señorita Procedencia va de un pasillo a otro, intentando
que los productos vuelvan a su sección, pero no le hacen ni caso.
Procedencia está estresada, sudando y sin saber qué hacer. Lo que más
le ha sorprendido es la verdulería, donde los espárragos, los guisantes,
la coliflor y las alcachofas han hecho un concurso de flatulencias y han
dejado a la uva de color morado.
¡¿Y sabéis que está haciendo la merluza y el pollo?! Pues están momificando
con papel higiénico al jamón de York.
El vino que va como una cuba, le está echando el aliento al melocotón, el
cual está rodando sin parar por el pasillo de los dulces.
La señorita Procedencia no puede más. Está llorando y no para de repetir:
- ¡Menudo berenjenal, me van a despedir! Ahora cuando pasen los jefes de
sección que son los señores Alérgenos e Información Nutricional, la señora
Conservación y la señora Caducidad, que revisan los pasillos sección por
sección y vean la que hay montada. ¡¡¡Me van a despedir!!!
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