Seguramente tendremos un amigo diferente a nosotros: puede tener el pelo distinto, llevar gafas o su color de ojos es diferente al nuestro; pero seguramente también le gustarán los mismos juegos que a mí. Todos somos diferentes, pero no por ello debemos apartarlos de nuestro lado. Tampoco debemos de tratar de manera distinta al que no va vestido como nosotros, habla de otra forma o va en silla de ruedas. Puede que nos enseñen más cosas de las que pensamos: nuevos juegos, maneras de desplazarnos o a saludar en un nuevo idioma, ¿porqué no aprender? A través de divertidos juegos vamos a tratar de comprender cómo las diferencias nos complementan, es decir, como nos hace sumar amigos y experiencias, y no restar.