Nuestro mundo está lleno de diversidad: tanto animal como vegetal. Y si hablamos de seres humanos no hay uno igual al otro. El problema viene cuando no vemos esta diversidad como algo positivo que podemos utilizar para aprender y enriquecer nuestra vida, sino que lo vemos como algo extraño que hay que apartar, o peor aún discriminar. Qué pasaría si ahora mismo entrase un marciano a vuestra aula y os preguntara por las costumbres que tenéis sobre el respeto hacia los demás y hacia lo que vosotros consideráis como diferente. ¿Creéis que se llevaría una buena impresión de los Terrícolas?